Pese a que durante el año pasado tuvimos varios meses de confinamiento por cuarentena, las agresiones a policías volvieron a crecer. En especial, las ejercidas mediante el empleo de armas blancas. Así lo recoge la información de la asociación profesional ITEPOL en su estudio anual titulado Estadísticas Policiales Víctimas de Incidentes Violentos.
Escena vivida por Guardia Civil y Policía Local en Galicia en mayo de 2020 (Fuente: El Español)
Los sindicatos policiales vienen alertando reiteradamente sobre este problema, que se están encontrando los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad en todo el país. “Se están normalizando las agresiones a los policías” fueron las palabras del portavoz de Sap-Fepol, mayor sindicato de los Mossos d’Esquadra, para alertar sobre la gravedad de esta situación. Y es que en Cataluña, se registraron unos 4.500 delitos de atentado a la autoridad, resistencia y desobediencia a los Mossos d’Esquadra, lo que supone un aumento del 44,5% respecto a 2019.
“Se están normalizando las agresiones a los policías”
Aunque puede parecer que la tensión que estamos viviendo, a consecuencia de las restricciones impuestas a la población a causa de la pandemia, sea el resultado de esta escalada en las agresiones a los policías, el elevado número de incidentes donde un arma blanca era la protagonista, nos indica que el coronavirus ha sido una situación casual y no causal. El tipo de individuo que ataca a un policía con un arma blanca no es el ciudadano común que puede discutir en un control con los agentes.
Las agresiones en funciones de orden público son las más comunes (como estamos viendo durante los incidentes de estos días. Pero a continuación de este tipo de agresiones; aparecen las sufridas en intervenciones de violencia de género o doméstica y con individuos “desequilibrados”. Incidentes en las que disponer de armas no letales como Taser y cámaras corporales, facilita solucionar estos incidentes sin lamentar daños personales, además de minimizar el uso de la fuerza.
Es destacable también, que el ochenta por ciento de las agresiones que sufre la policía en nuestro país se realizan a distancias inferiores a los dos metros. Las zonas corporales que reciben más de la mitad de las agresiones contabilizadas son el torso/abdomen, la espalda y la cabeza. Por lo que se confirma la necesidad de que todos los policías cuenten con su chaleco antipinchazos y antibalas, además de su correspondiente casco antidisturbios, que debería transportar en el maletero y tenerlo cerca en todas las situaciones susceptibles de volverse violentas.
Como en el informe citado se desprende, el chaleco salvó la vida en varias intervenciones, gracias a esto, ayudó a que el año pasado ningún policía perdiera la vida por alguna de las agresiones registradas contabilizadas en el estudio. Pese a todo, esta es la buena noticia que podemos extraer de los datos, que gracias a que cada vez más agentes cuentan con elementos de protección policial; no tuvimos que lamentar ninguna pérdida.
El crecimiento en las agresiones a miembros de nuestras fuerzas de seguridad no se circunscribe sólo a España, se trata de un problema al que se están enfrentando igualmente en otros países europeos como Francia, Reino Unido o Alemania. Algo que se refleja en la siguiente consulta que realizó en Parlamento Europeo el europarlamentario alemán Lars Patrick:
Los ataques a agentes de policía están aumentando en Alemania, y los perpetradores se vuelven cada vez más brutales y despiadados.
¿Conoce la Comisión un aumento del número de ataques contra la policía en otros países de la UE? ¿En qué países es este un fenómeno menos común?
Una de las razones del aumento de los ataques en Alemania es la falta de apoyo político, lo que significa que los agentes de policía tienen las manos atadas y, por lo tanto, los extremistas violentos no los toman en serio.
¿Cómo puede la Comisión garantizar, mediante el apoyo político, que se potencian los poderes policiales y que, por tanto, pueden seguir manteniendo seguras las calles de la UE?
Ante esta problema, el uso de nuevas tecnologías para seguridad pública, que utilicen en tiempo real geolocalización con grabación remota y combinadas con modernas armas no letales, marcará el futuro que logrará revertir estas estadísticas.
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