Primeros Intervinientes Policiales; los Primeros en llegar, los Primeros en asegurar.

El concepto “primer interviniente”, se refiere a aquellos trabajadores públicos, que por su profesión asistencial en emergencias, son los primeros en llegar a zonas donde se están produciendo (o se han producido) víctimas. De ahí extraemos la figura “primeros intervinientes policiales”; que encarnan los policías de calle; popularmente llamados “patrulleros”. En este artículo, vamos a tratar la importancia que están alcanzando estos profesionales en los incidentes con múltiples víctimas.

Policía Mossos vigilando zonas de gran afluencia de gente

Es en Estados Unidos, motivados por los tiroteos masivos en sus aulas, donde comenzaron a tomar conciencia de la importancia de la formación específica de los servicios de emergencias para estas situaciones. El punto de inflexión se produjo en 2013, con la creación del Consenso Hartford, que consta de 4 informes con recomendaciones sobre cómo actuar en Incidentes con Múltiples Víctimas (IMV). En ellos se aconsejan pautas para los distintos cuerpos de emergencias (policías, emergencias sanitarias y bomberos) sobre cómo deben actuar en este tipo de incidentes.

Aunque la particularidad de la policía, que cuenta permanentemente con agentes patrullando las calles, y su excepcionalidad, por estar armados y adiestrados para anular amenazas violenta, la convierte en núcleo principal donde pivota toda respuesta a los IMV. Lo que está animando a replantear la formación y equipamiento de los agentes de policía.

Históricamente, el policía se ha formado en conceptos tácticos básicos, que básicamente era aprender a utilizar el arma y disparar como entidad individual. Pero con los nuevos escenarios, donde los terroristas y las bandas armadas pretenden sembrar de violencia nuestras ciudades, este concepto formativo está cayendo en desuso. El policía de este siglo necesita adquirir nuevas competencias, para el día a día con la ciudadanía, como estar preparado cuando se desate el infierno en la tierra. Para responder a esta última situación, el policía debe estar protegido con equipo antibalas, estar formado en tácticas avanzadas con armas de fuego y armas no letales, contar y saber aplicar material de primeros auxilios. Además de poder coordinarse con el resto de servicios de emergencias.

Policías Nacionales aplican primeros auxilios de control de sangrado a una víctima de apuñalamiento

La figura del primer interviniente policial, junto al resto de intervinientes, tiene tal importancia para contrarrestar el daño que se puedan producir en atentados, que ha generado que las instituciones se movilicen en crear pautas de trabajo en común con este propósito. De ahí surge el Protocolo Íbero (PDF), un completo documento específico para España, que nació en 2018 como guía principal para actuar coordinadamente en los IMV.

Del Protocolo Íbero, se extrae la importancia de que los policías cuenten con formación en Asistencia Táctica de Heridos en Emergencias ( conocida por sus siglas en inglés TECC). Además deben contar con equipamiento para el control del sangrado como torniquetes tipo CAT y/o vendajes de compresión, incluir en los coches patrulla camillas tácticas para evacuar heridos, igualmente es aconsejable. Además, este protocolo desarrolla el tipo de formación integral que deben tener todos los implicados en este tipo de incidentes, donde la asistencia inmediata es desbordada al tratarse de sucesos excepcionales. Perimetrar por zonas, triaje de las víctimas o asistencia psicológica a estas, son algunos ejemplos de formas de actuar específicas y que no se tenían en cuenta hasta ahora.

Infografía sobre el protocolo íbero

 

Debemos celebrar que los propios profesionales empiecen a tomar conciencia de la importancia de la formación y equipamiento ante las nuevas formas de violencia. Policías mejor entrenados y equipados es sinónimo de victorias continuas contra los malos.

Si estás interesado en contenido sobre el trabajo policial te invitamos a estas lecturas: