Vigilancia por Consentimiento, la excepcionalidad policial inglesa

Es conocido por todos, que los policías ingleses de patrulla no van armados por las calles, una característica que desde el resto de Europa siempre ha llamado la atención. Unido esto, al carácter menos proactivo que muestran en la mayoría de las intervenciones en que los vemos trabajar, ha generado una visión que sitúa a los policías ingleses en una excepcionalidad incomprendida para el resto de compañeros europeos. Pero esta forma de trabajar e ir desarmados tiene un motivo; conocido por Vigilancia por Consentimiento, del que os vamos a hablar hoy.

Policías ingleses en formación

La historia de la policía inglesa comienza en el siglo XIX, cuando el país ya se rige bajo su actual forma parlamentaria y en el que muchos de sus cargos eran electos. A principios de este siglo, surgen intentos de crear una fuerza policial para Londres, pero se ven frenados por el rechazo de la población, pensando esta que se creaba para reprimirlos y vigilarlos desde el Gobierno, además, pensaban que debía ser de ámbito local. Pero en 1829, el entonces Ministro del Interior, Robert Peel, funda la Policía Metropolitana para vigilar el extrarradio de la capital del reino; surge el primer cuerpo policial inglés. Sir Robert Peel tenía un excepcional olfato político, lo que le ayudó a ser Primer Ministro y a «vender» la creación de este cuerpo policial.

La policía es el pueblo, y el pueblo es la policía

El argumento utilizado por Peel, se resume en que los agentes de esta nueva policía no dejaban de ser los mismos vecinos preocupándose y trabajando por el resto de miembros de la comunidad; «La policía es el pueblo, y el pueblo es la policía» declaró en alguna ocasión. Esta visión de la función policial llevó a la creación de Los Principios de Peel, estos se resumen en que obligaban a todo agente a llevar visible su placa, para ser responsable de sus actuaciones, que su efectividad no se mide por la detenciones y sí por la ausencia de delitos, y por último, que su trabajo se basa en la confianza y la responsabilidad.

Policía inglesa conversa con ciudadano

La ética que desprenden estos principios se derivaron en las “instrucciones generales” para todo nuevo policía metropolitano. Estas reglas de trabajo son las que marcan el modelo sobre el que funcionan todos los policías ingleses hasta hoy y que se conoce como Vigilancia por Consentimiento. En contraposición a la idea que funcionó en el resto Europa, en la que la legitimidad de la policía recae gracias al llamado Monopolio de la Violencia del que es auténtico dueño el estado.

 

Estas «instrucciones generales» son:

Prevenir la delincuencia y el desorden, como alternativa a su represión por la fuerza militar y la severidad del castigo legal.

  1. Reconocer siempre que el poder de la policía para cumplir con sus funciones y deberes depende de la aprobación pública de su existencia, acciones y comportamiento, y de su capacidad para asegurar y mantener el respeto público.
  2. Reconocer siempre que asegurar y mantener el respeto y la aprobación del público significa también asegurar la cooperación voluntaria del público en la tarea de asegurar la observancia de las leyes.
  3. Reconocer siempre que la medida en que se puede asegurar la cooperación del público disminuye proporcionalmente la necesidad del uso de la fuerza física y la compulsión para lograr los objetivos policiales.
  4. Buscar y preservar el favor del público, no complaciendo a la opinión pública, sino demostrando constantemente un servicio absolutamente imparcial a la ley, con total independencia de la política y sin tener en cuenta la justicia o la injusticia de la sustancia de las leyes individuales, mediante la oferta inmediata de servicio y amistad a todos los miembros del público sin importar su riqueza o posición social, mediante el rápido ejercicio de la cortesía y el buen humor amistoso, y mediante la pronta oferta de sacrificio individual para proteger y preservar la vida.
  5. Usar la fuerza física solo cuando el ejercicio de la persuasión, el consejo y la advertencia resulte insuficiente para obtener la cooperación pública en la medida necesaria para asegurar el cumplimiento de la ley o restablecer el orden, y para usar solo el grado mínimo de fuerza física que se requiera. es necesario en cualquier ocasión particular para lograr un objetivo policial.
  6. Mantener en todo momento una relación con el público que dé realidad a la tradición histórica de que la policía es el público y que el público es la policía, siendo la policía únicamente miembros del público a los que se les paga para dar atención en tiempo completo a los deberes. que incumben a todos los ciudadanos en interés del bienestar y la existencia de la comunidad.
  7. Reconocer siempre la necesidad de un estricto apego a las funciones policiales-ejecutivas, y abstenerse incluso de aparentar usurpar los poderes del poder judicial para vengar a los individuos o al Estado, y de juzgar con autoridad la culpa y castigar a los culpables.
  8. Reconocer siempre que la prueba de la eficacia policial es la ausencia de delincuencia y desorden, y no la evidencia visible de la actuación policial para enfrentarlos.

 

Policía ingles usando una pistola eléctrica Taser

Esta forma de trabajar les ha funcionado bien durante dos siglos y están buscando la manera de continuar con ella muchos más años, pese al aumento de la criminalidad y nuevas formas de delito. La solución la han encontrado al otro lado del charco y se llama Taser®, este dispositivo eléctrico de control (también llamado popularmente pistola eléctrica), es un arma no letal idónea como sustituto del arma de fuego en la gran mayoría de actuaciones a las que se enfrenta un policía en la calle. Por lo que, no es casualidad, en el Reino Unido es donde comenzó el mayor grado de implementación de Taser® en el equipo policial de sus agentes de Europa. Un movimiento que está igualmente siendo acompañado de las cámaras policiales personales fabricadas por Axon.

Hace unos meses os contábamos la historia de un policía inglés que salvó la vida gracias a su Taser y cuya historia dió la vuelta al país; “Sin esta pistola Taser, estaría muerto”.

En Nidec Defense Group, somos distribuidores en exlusiva de Axon (fabricante de Taser) y especialistas en armas no letales y equipamiento policial, por lo que, si necesitas realizar cualquier consulta, estamos disponibles en www.nidec.es, o en el email distribucion@nidec.es . Si prefieres llamarnos, 93 301 67 76 o 678 56 26 26 (Whatsapp)