Porqué el Ejército de Estados Unidos quiere armas no letales

La utilización de soluciones No Letales no está limitado solamente al ámbito de la seguridad pública. También desde hace unas décadas, los ejércitos occidentales vienen reclamando este tipo de soluciones, que les ayuden en las diferentes situaciones que se vienen encontrando en sus despliegues. En especial; los Estados Unidos (EE.UU en adelante), viene desarrollando desde la década de los 90 un impulso muy sólido en este sentido.

Militar de los Estados Unidos muestra una pistola no letal Taser

Tras sus experiencias recibidas en misiones como las de Yugoslavia o Somalia, los EE.UU creó en 1997 el Programa Conjunto de Armas No Letales, JNLWP por sus siglas en inglés. Su función es el desarrollo y el empleo de armas no letales, para lo cual, según publica su misma página web; el “Departamento de Defensa define las armas no letales como armas, dispositivos y municiones que están explícitamente diseñados y empleados principalmente para incapacitar al personal o material objetivo de inmediato, mientras se minimizan las muertes, lesiones permanentes al personal y daños no deseados a la propiedad en el área o entorno objetivo. Las armas no letales están destinadas a tener efectos reversibles sobre el personal y el material.

 

A nivel estratégico,actualmente los ejércitos viven lo que se ha dado en llamar la Revolución en Asuntos Militares (RMA) provocada principalmente por dos factores; la caída del Muro de Berlín en 1989 y los ataques del 11S en 2001. Ambos sucesos; provocaron un cambio de paradigma total en los planificadores militares de EE.UU. Mientras esperaban, antes de 1989, conflictos con enormes movimientos de tropas en Europa central, a partir de 2001, se dieron de frente con conflictos asimétricos donde algunos contendientes utilizan a civiles como armas. El nuevo escenario internacional ha empujado a que la primera potencia militar del mundo deba desviar esfuerzos a los siguientes escenarios; contrainsurgencia, contraterrorismo, operaciones de estabilidad y piratería.

En las guerras desarrolladas lo que llevamos de siglo, las poblaciones son utilizadas como actores principales, obligando a los soldados occidentales a modificar sus reglas de enfrentamiento para no provocar estallidos civiles por malas decisiones que provoquen bajas civiles, un claro ejemplo es el conflicto actual en Irak. Desde el comienzo de este conflicto, su población ha sido el factor principal en la pacificación de la nación árabe, obligando a EE.UU a revisar constantemente sus procedimientos e instrucciones transmitidas a sus soldados, por ejemplo, en 2004, el Departamento de Defensa compró con urgencia un lote de 314 pistolas Taser M26, para distribuirlas en el despliegue de la Operación Iraqui Freedom.

El catálogo de armas no letales de las que se está equipando el ejército de los Estados Unidos va más allá de cientos de Taser. También cuentan con soluciones que aprovechan la capsaicina, como las lanzadoras y sprays de pimienta. Además de rayos láser cegadores o granadas con diferentes efectos no letales, entre otras muchas herramientas de letalidad reducida. Aunque la investigación en armas no letales continúa dando curiosos y futuristas ingenios, muestra de la seriedad con la que se han tomado al otro lado del charco este asunto.

No debemos olvidar que los EE.UU es el líder de la OTAN, lo que ello supone para el resto de países que integran la organización, todos ellos europeos excepto Canadá. Lo que provocará que este nuevo paradigma en el uso de fuerza no letal se extienda por sus ejércitos, para que no se encuentren en las mismas situaciones que han ido detectando los soldados de EE.UU en sus misiones a lo largo del mundo. La Guerra de Yugoslavia ya fué un aviso para todos los países que mandaron tropas de pacificación en aquellas misiones bajo el mandato de la ONU (como la SFOR) o la Unión Europea (EUFOR). Allí tomó gran relevancia el control de multitudes; obligando a los ejércitos desplegados a adquirir equipamiento antidisturbios y aprendieron la lección de la importancia que tendrían las bajas no deseadas entre la población civil, que hasta entonces consideraban “daños colaterales”.

Soldados entrenan con Spray de PimientaLa Primera Guerra Mundial trajo la normalización de la devastación en la guerra sin importar el número de víctimas. Mientras que en lo que llevamos de siglo XXI, se está intentando volver a retirar a los civiles de las listas de bajas en una guerra. La diferencia entre un ejército moderno lo marcará la capacidad de este de evitar víctimas innecesarias en aquellos conflictos en los que se vea obligado a intervenir.

Si te interesa la utilización de medios no letales no dejes de leer el artículo Redefiniendo el Uso de la Fuerza.